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¿Sabías que...
 
tu bebé ya os reconoce? Reconoce vuestra cara y vuestra voz y por eso, cuando llora, ¡se calma cuando le habláis o lo sostenéis en brazos! Además, ¡comienza a sonreír!

 

La interacción con tu bebé

En este periodo el bebé comenzará a mostrar interés por los estímulos visuales y auditivos. También puede fijar su vista en un objeto y empieza a ser capaz de seguirlo.
Es muy importante que hables, acaricies, beses, acunes, cantes… a tu bebé. Verás que comienza a sonreír cuando le haces mimos o recibe atención y cariño. La sonrisa social aparece a partir del mes de vida y con ella comunica su agrado.
Asimismo, el bebé ya abre las manos con frecuencia y va levantando momentáneamente la cabeza, aunque todavía no puede mantenerla erguida. ¡La interacción y el juego durante este período son claves para favorecer un desarrollo saludable!

La alimentación del bebé

El bebé se alimenta a demanda, tanto si toma pecho como biberón. Aunque la lactancia materna es lo deseable, sobre todo por su función inmunoprotectora, tanto si el bebé toma pecho como si toma fórmula, estará recibiendo todos los elementos nutricionales necesarios para un desarrollo saludable.
En cuanto a la relación con la madre y el vínculo afectivo, suele decirse que el amor está en el corazón, no en la leche que toma el bebé.

Ambos garantizan toda la hidratación que el peque precisa, por lo que no es necesario darle agua. Ofrecerle agua llenaría su estómago, y le dejaría con un hambre que no podría saciar. Si no lo ha hecho ya, su pediatra prescribirá un suplemento de vitamina D para su bebé, para evitar el raquitismo (una afección que descalcifica y debilita los huesos), ya que no se recomienda la exposición solar directa del pequeño.

Si estás amamantando a tu bebé y tienes complicaciones como grietas o mastitis, es probable que el agarre sea inadecuado. Recurre a un/a profesional experto en lactancia materna para que te pueda ayudar.
Si estás dando biberón, es importante que el bebé esté prácticamente sentado, para que coma por succión y no por gravedad (porque le caiga la leche en la boca), y que vayas variando de brazo, para que reciba información del mundo que le rodea en ambos hemisferios del cerebro.

En relación a los biberones, los de plástico son más resistentes, pero los de cristal son más ecológicos y se limpian mejor, y hay disponibles fundas que los protegen de golpes. En ambos casos, deben sustituirse cuando se vean deteriorados. Las tetinas pueden ser de látex o silicona, y se recomienda utilizar siempre una de flujo lento, evitando las multiposición. Es la manera de que el bebé coma despacio, de manera más fisiológica, similar a si estuviera siendo amamantado. Las tetinas deben sustituirse cada 1-2 meses, o si se observan deterioradas.

A la hora de escoger la leche, la recomendación más o menos oficial dice que lo ideal sería ir cambiando de marca cada vez que compremos una lata, para que prueben otros sabores y para que puedan disponer de los beneficios que cada fabricante ofrece en su formulación para diferenciarse del resto. En caso de que esto vaya en perjuicio del bebé, porque el cambio de leche no le siente bien, no hay ningún problema en usar siempre la que le siente mejor.

Y en cuanto a la higiene de biberones, chupetes, tetinas... ya hace años que se recomienda, por una cuestión de practicidad, y porque no es necesario, evitar los esterilizadores. Es suficiente con lavarnos bien las manos, y luego lavar bien todos los elementos, evitando que queden restos de leche y dejar secar al aire. El lavaplatos puede ser utilizado también.

Usar chupete, ¿sí o no?

De un tiempo a esta parte, los chupetes han sido una fuente de controversia en la crianza de los hijos porque pueden dificultar el agarre al pecho si se ofrecen muy pronto, y pueden afectar al lenguaje y al correcto desarrollo de la boca y sus estructuras si se dejan mucho tiempo. La recomendación actual es la de utilizar chupete en bebés que no son amamantados, ya que les relaja al permitirles succionar.

En el caso de los bebés amamantados, se recomienda esperar al mes de vida para que se haya afianzado la lactancia, si es que se quiere ofrecer (un bebé lactante puede calmarse al pecho sin necesidad de usar chupete).
El chupete debe ser un modelo con forma fisiológica y con el cuello muy fino, para que ocupe el menor espacio posible en la boca. Además, durante el día, se recomienda retirarlo de la boca una vez el bebé ya se ha calmado, para no crear una excesiva dependencia.

En cuanto al material, pueden ser de látex o de silicona. En ambos casos, como pasa con las tetinas, se recomienda sustituir cada 1-2 meses, o en el momento en el que se aprecie que está deteriorado. El momento ideal de la retirada es a partir del año, ya que lo ideal es que ya no usen el chupete cuando salen las muelas, momento en el que empieza a estorbar en la boca y aparece el riesgo de posibles maloclusiones dentales y malformaciones.

Los “temidos” cólicos del lactante

Aunque el término correcto es “llanto inconsolable del bebé”, el cólico del lactante es una condición típica de los primeros meses de vida que sufre uno de cada cuatro bebés y que se caracteriza por un llanto intenso y prolongado sin causa aparente. Suelen suceder siempre a la misma hora, generalmente al atardecer. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños, mostrándose irritable, nervioso y lloroso.

Suelen aparecer a partir de los 15 días de vida, duran varias horas, se prolongan durante semanas y aparecen prácticamente a diario. Por lo general terminan desapareciendo solos cuando el bebé tiene entre 3 y 4 meses de edad. Mantener la calma, darle un masaje, coger en brazos o portear al bebé suelen ser las recomendaciones más eficaces para ayudar al bebé a aliviar estos síntomas. 

Cuida su piel

En esta etapa es posible que aparezca la costra láctea del lactante, una grasa seca que forma pequeñas costras en la cabecita del bebé. No pica ni causa molestias, pero si quieres eliminarla por motivos estéticos, puedes hacerlo con un masaje con aceite de oliva unos 20 minutos antes del baño. También hay productos específicos que puedes aplicarle siguiendo las instrucciones del fabricante. Son menos grasos y se elimina más fácilmente del cuero cabelludo.

También es posible que se presente el acné del bebé, las glándulas sebáceas de la piel empiezan a funcionar y encuentran poros cerrados, produciendo los característicos granitos. Normalmente desaparece por si solo en cuestión de semanas. No suele necesitar tratamiento médico, pero si está muy extendido o persiste en el tiempo podría requerir valoración profesional.

Puede ayudar limpiarle el rostro todos los días con agua tibia. En días alternos puedes usar un jabón facial suave y humectante. Está desaconsejado apretar los granos y frotar la zona, ya que se puede provocar más irritación o una infección.

Ah, y recuerda que son muy recomendables los masajes infantiles en todo el cuerpo. Puedes aprovechar el momento del baño para realizarlos con aceites especiales. ¡Son geniales para relajar al peque y fomentan el vínculo afectivo!
Sueño infantil: ¿Tu bebé duerme mal o eres tú quién no se adapta a sus fases?

Según la Fundación Nacional del Sueño de EE.UU. (NSF, por sus siglas en inglés), los bebés de hasta 3 meses de edad deben dormir de 14 a 17 horas al día. Sigue una rutina uniforme que favorezca el establecimiento de rutinas y horarios para irse a la cama y procura que la atmósfera durante las horas previas sea tranquila, para facilitar su descanso.

En la primera infancia suele ser difícil para las personas adultas acompasar su estilo de vida a los ritmos naturales del peque, pero es importante comprender que nosotros tenemos la capacidad de adaptarnos a los ritmos del bebé, y no al revés; ya que si intentamos adaptar al bebé a nuestros horarios y hábitos, probablemente no sobrevenga nada más que frustración al no ser capaces de conseguirlo. El sueño es evolutivo y una cuestión madurativa por lo que, poco a poco, con rutinas claras y establecidas, ¡lo iremos llevando cada día un poco mejor!

Las revisiones del niño sano

En la primera visita al centro de salud, su pediatra y/o enfermero/a os indicará la frecuencia de las visitas de control del niño sano. En ellas se valorará el correcto crecimiento y desarrollo del bebé, y se resolverán las dudas relacionadas con la alimentación, el sueño, la higiene, etc. Además, se le administrarán las vacunas según el calendario establecido.


El cambio de pañal

Te puede resultar útil usar un cambiador alto para cambiar el pañal al bebé, ya que así tu espalda no se resentirá. Procura dejar a mano todo lo necesario antes de colocar al bebé en él, para no tener que dejarle nunca solo ni darnos la vuelta: en cualquier momento podría aprender a girarse y caer al suelo.
 
Además, puede resultarte cómodo usar un cubo para pañales para prevenir goteos y malos olores. En ellos el pañal queda precintado, por lo que no es necesario sacar la basura tan a menudo. Así disminuimos también la cantidad de plásticos que generamos y cuidamos el entorno. 

 

El cuidado afectivo del bebé

El distrés no favorece su desarrollo saludable. Los bebés en constante tensión duermen menos, lloran más y se alimentan peor. Acaricia, besa, susurra y coge en brazos a tu bebé todo lo que quieras y siempre que lo necesite.
 
En la actualidad se ha desterrado el mito de que dejar llorar al bebé es bueno o necesario. El llanto del bebé expresa una necesidad y se debe tratar de atender, ya que hacerle sentir sostenido, protegido y cuidado hará que su desarrollo emocional sea el adecuado.

Emociones de la madre gestante/posparto

Además de las sensaciones físicas habituales del posparto, la madre puede sentirse en una montaña rusa de emociones cambiantes e intensas. Además del factor hormonal, tener una criatura en casa obliga a reajustar prioridades, metas y expectativas. También cambian horarios, hábitos, necesidades, preocupaciones y deseos… Literalmente, tener un hijo cambia la vida por completo.

En la actualidad se ha desmentido el mito de la cuarentena y los expertos admiten que la recuperación física y emocional de la mujer puede durar hasta un año. En este periodo de tiempo las emociones tienden a irse sosegando, pero si la madre observa que son frecuentes sentimientos de tristeza intensa, ansiedad, agotamiento, pánico, culpa, insomnio, problemas de alimentación, sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia el bebé, etc. que dificulten la realización de actividades diarias o del cuidado del bebé, es fundamental que sepa que no es culpa suya y puede ser necesario consultar con un/a profesional.
Actualmente se sabe que los trastornos psicológicos posparto son mucho más habituales de lo que pensamos, pudiendo aparecer algunos de ellos incluso más allá del año tras el parto.

En general, es muy importante que la mamá reciente cuide su salud física y mental, manteniendo hábitos de vida saludables, sin olvidar su cuidado personal, manteniendo el contacto social, la actividad física y una alimentación saludable y equilibrada.
También es fundamental que pueda contar con una red de apoyo sólida (el apoyo de su pareja, si la hubiera, es vital; y también el de su entorno cercano). Lo que menos necesita una madre, sobre todo si es primeriza, es que sus decisiones sean juzgadas. Ella no necesita la validación de los demás, solo su respeto.