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¿Sabías que...
 
a esta edad tu bebé empezará a coger sus piernas hasta lograr meterse el pie en la boca? ¡Está hecho todo un gran contorsionista! De esta forma se divierte al tiempo que descubre su cuerpo y adquiere cada vez mayor coordinación motora.

 

Los cereales en el biberón

Desde hace décadas hemos escuchado que un biberón con cereales por la noche hace que los bebés duerman más y mejor, pero en la actualidad sabemos que esto no es así. Los cereales en el biberón no solo no aportan ningún beneficio al bebé, sino que la evidencia científica lo desaconseja porque resulta contraproducente.

La mayoría de preparados a base de cereales contienen demasiados azúcares libres, por lo que aumentan el riesgo de padecer la llamada “caries del biberón”, sobre todo si se les da por la noche. También hay un mayor riesgo de padecer deshidratación (porque pueda haber mayor proporción de polvo que de agua en la mezcla) y sobrepeso. 

Tampoco parece haber necesidad nutricional que justifique añadir los cereales dentro del biberón, ya que la OMS incide en que hasta los 6 meses el alimento exclusivo del bebé debe ser la leche materna, y en el caso de la fórmula, tampoco parece claro que sea necesario.

Tanto la leche materna como la fórmula infantil contienen todos los elementos nutricionales necesarios para el desarrollo saludable del bebé y proporcionarle otros alimentos hará que el bebé se sacie y no tome después la cantidad de leche que necesita.

Una vez que el bebé comience la alimentación complementaria la mejor forma de proporcionarle una alimentación sana y equilibrada es darle cereales en la forma en que los consumimos los adultos (arroz, pasta, pan…). En caso de ofrecerlos para preparar una papilla, se recomienda escoger la opción que contenga un mayor porcentaje de cereales y una menor cantidad de azúcares simples. Por suerte, cada vez hay más opciones en el mercado que cumplen con estas cualidades.

En cuanto a la mejoría del sueño, aunque algunos bebés parecen dormir mejor al consumirlos en la cena, otros duermen igual, y los hay que duermen peor, al hacérsele la digestión más pesada. Esto hace que no se haya generalizado el uso de cereales como recomendación.

De hecho, si funcionara, todos daríamos cereales al bebé a partir de los 5 meses ¡y todos los bebés dormirían a pierna suelta! Esto, evidentemente, no sucede.

Mi bebé llora mucho en el coche

Es frecuente que los bebés lloren mucho en el coche, ya que tienen que ir bien sujetos al sistema de retención infantil. En este momento la tentación de cambiarles a una silla a favor de la marcha es fuerte, sobre todo porque la familia presiona por si se estuviera mareando, pero está absolutamente desaconsejado. Los expertos en seguridad infantil subrayan que los niños y niñas pequeños han de ir en una silla adecuada a su tamaño y peso en el sentido contrario a la marcha hasta, por lo menos, los 4 años (y todo el tiempo que su constitución lo permita). 

Por supuesto, las sillas en el sentido de la marcha están homologadas… pero homologado no es lo mismo que seguro. Una cosa es cumplir con las reglamentaciones y evitar que nos amonesten por cometer una infracción de seguridad vial y otra, muy diferente, querer proteger la integridad física de nuestro bebé aspirando a la lesión cero en caso de frenazo brusco o accidente. 

Si tu bebé llora en el coche prueba a guardar juguetes especiales que solo le ofrecerás en los trayectos, puedes ponerle música para bebés (divertida o relajante, según el caso) y viajar en el asiento trasero del coche a su lado. Los juguetes para el coche han de ser blanditos para que, en caso de accidente o frenazo, al golpearse con ellos, el peque no se haga daño (un peluche, un cuento de tela, etc.).

Los bebés no se marean (el sentido del equilibrio no se desarrolla hasta bastante más tarde), por lo que si tu bebé vomita en el coche, prueba a no viajar con él justo después de comer. 

Alimentarle en el coche está desaconsejado, ya que comer en movimiento aumenta el riesgo de atragantamiento y asfixia. Muchas madres dan el pecho a sus peques para que dejen de llorar: funciona, pero el riesgo de lesiones graves en caso de accidente es elevadísimo, así que se recomienda no hacerlo.

Asimismo, recuerda hacer paradas suficientes para alimentar al bebé y dejar que este modifique la postura del sistema de retención infantil para prevenir la asfixia postural.

Empieza a balbucear

Aunque con 2 ó 3 meses muchos bebés ya emiten sonidos, es sobre los 5-6 meses cuando tienen ganas de hablarnos y contestarnos. ¡De ahí la importancia de comunicarnos con ellos! A esta edad, el bebé no solo empezará a balbucear, sino que lo hará usando muchos de los ritmos y las características de su idioma natal. ¿No es fascinante?

Si te fijas, te darás cuenta de que pronto es capaz de producir el sonido de una vocal y combinarlo con el de una consonante, generando así sílabas, ¡justo como hacemos las personas adultas! No es casualidad, sus estructuras cerebrales están realizando muchas conexiones nuevas cada día que lo preparan para el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación.

El sueño infantil

En este periodo los bebés se mueven mucho más, por lo que es posible que tu peque aprenda a darse la vuelta para dormir completamente boca abajo. Si sucede, asegúrate de que pone la cabeza de lado (que no respire en el colchón) y de que no haya nada blandito que pueda quedar cerca de su boca.

En esta etapa también es normal que tu peque haga menos siestas durante el día (probablemente dos) o estas sean más cortas. Es probable que se despierte un poco menos que a los cuatro meses (cuando muchos se despertaban casi cada hora), en lo que es una pequeña fase de unos meses en los que duermen un poco mejor de noche, hasta que llega la etapa de los 7-11 meses, cuando vuelven a despertarse más a menudo.

No obstante, cada bebé es un mundo, así que si esto no se cumple, sigue insistiendo en mantener una rutina estable y unos correctos hábitos de sueño (el baño antes de dormir si es que le relaja, poner luces cálidas y tenues, leer un cuento, escuchar música relajante…), para favorecer que cada vez le cueste menos dormir más horas seguidas.

Estimulación psicomotriz del bebé

Los bebés de 5 meses suelen ser capaces de dirigir la mano hacia los objetos que ven, para cogerlos y manipularlos, pasarlos de mano en mano, dejarlos caer al suelo para ver qué sonido hacen… ¡Su desarrollo motor ha sido muy rápido y su curiosidad no tiene límites!

De hecho, comprobarás que en este periodo tu bebé insiste en alcanzar y coger cuanto objeto esté a su alcance y se enfada y gruñe o llora si no consigue sus propósitos. ¡Su carácter ya se va forjando! Además, si le coges las manos hará fuerza para levantarse y quedarse sentado. En esta edad, los bebés sostienen mucho mejor la cabeza, sin que se les caiga hacia atrás, y si aplicas una pequeña presión en las plantas de sus pies, el peque hará esfuerzo para extender las piernas. Todo, en definitiva, obedece al deseo de tu peque de ejercitar y fortalecer sus músculos para las etapas de la sedestación y el gateo ¡que ya están a la vuelta de la esquina!

En este momento es muy importante pasar tiempo interactuando con el bebé y también jugando con él en el suelo para reforzar el vínculo afectivo, promover su desarrollo físico y mental y como entrenamiento psicomotor, para que tenga capacidad de girarse (si no lo hace ya) y empezar a desplazarse cuando esté preparado.